Esta mañana
cuando salí de mi casa aunque era muy temprano y se esperaban temperaturas de
más de 32 grados a las doce, que para mí es un calor sofocante. Hacia fresco.
Alguien podría decir que frio, porque vi chaquetas y jerséis puestos, pero para
mí es un fresco reconstituyente y confortable, hace que me sienta bien e
incluso más libre, algo que puede ser una tontería, pero me gusta el frio,
despiertas mis sentido.
Al contrario
de lo que les ocurre a la mayoría de las personas, cuando llega el otoño a mi
me inyectan vitalidad, no me deprime y cuando mi letargo estival se aleja, empiezo
a vivir.
Jamás he
dejado de realizar alguna actividad o aplazar algún viaje por el frio o el
llamado “ mal tiempo”, pero el calor ¡uf! El calor me anula la mayoría de mis
planes, estoy en letargo, creo que hasta las neuronas se toman su tiempo para
reaccionar.
Claro que
aun me queda coger el resfriado típico de todos mis veranos. Que mezclado con
la alergia que tengo a dos tipos de plantas y que donde vivo están por todas
partes, hace que tenga los ojos rojos y en casos más extremos sinusitis.
Me llevo
todo el día con el botecito de lagrimas artificiales, a esto se suma que cuando
me ven con los ojos rojizos me preguntan : ¿qué te pasa? – nada, contesto. Es
alergia.
¿Tú eres
alérgica, a qué? , como si para padecer alergia hubiese que ser un tipo
determinado de persona y tengo que dar mi propio diagnostico, lo cual conlleva
las siguientes preguntas de mi interlocutor, ¿desde cuándo?, ¿a qué?, ¿qué
tratamiento tengo? , ¿no te vacunas?, ¡no! de vacunas ni hablar – respondo.
De
forma que cuando esto ocurre y me miran a los ojos , al preguntarme: ¿qué me
ocurre?, solo digo que me molestan las lentilla y ahí queda el asunto.
Hoy es de
esos días, tengo todos los síntomas y además la cabeza como un “tambor”.
Tomo un café
y los medicamentos y me dispongo salir para el trabajo. Por eso este fresco me
sienta tan bien. A las diez y media o a las once desayunaré.
Pero hoy
vuelve a ser un día especial, pero que muy especial. Recojo un libro de relatos.
No es un libro dirigido al público, va dirigido a un solo público.
Dentro de
poco es el cumpleaños de alguien que quiero mucho, cumple siete años y aunque
no es de mi familia, para él y para mi, como si lo fuésemos. Le conozco desde
que nació.
Pues ya
tiene siete años, por Dios como pasa el tiempo. Siempre he mantenido
contacto con él y nos queremos mucho.
Cuando vienen a la hora de irse, me pide que
lo despida desde la azotea, me dice adiós varias veces con la mano y cuando está
algo más alejado, siempre a gritos y pronunciando mi nombre, dice: “Hasta
luego, Clara”, las personas que lo oyen lo miran y después miran a quien va dirigida
la voz y sé que eso le hace sentirse importante, pero a mi más. Me agrada que
sepan que es mi amigo.
Es un chico
muy peculiar, no le gustan las historias tradicionales, los cuentos
convencionales, así que cuando me visitan lo primero que me dice al darme un
beso, acercándose un poco a mi oído y muy bajito y despacio, es : ¡cuéntame una
historia! Sé lo mucho que le gustan porque sus ojos marrones se iluminan, su
boca no se cierra del todo, mantiene sus manos juntas y me mira fijamente, como
si no quisiera perder ni una sola expresión de mi cara, cuando me paro un poco
para darle énfasis al significado, es cuando lo veo parpadear y sonreír.
En todas las
historias que le narro, me pregunta: ¿yo cuando salgo?, siempre le contesto lo
mismo: en la próxima.
Sé que esto
despierta su intriga y mantiene un nivel de interés elevado para la próxima
visita. No le importa no formar parte de la historia, solo dice: ¡vaya! ¿cuándo
tendré yo un cuento para mí? Me echo a reír y él me sigue.
A veces
cuando voy a su casa me coge de la mano y mi nombre no es Clara, es: ¡Mira!, se
lleva todo el tiempo diciéndome ¡mira, esto!, ¡mira, aquello!, ¡ven, mira!,
¡mira, ¿te gusta?!...Me lo quiere enseñar todo, todo lo nuevo y todo lo antiguo
que yo no haya visto y con tanta ilusión que me emociona verlo tan feliz, me
transmite su inocencia y su cariño.
Se siente
feliz, pero no sabe que yo lo soy mucho más al verlo así. Me gusta saber que me
espera impaciente hasta que nos volvamos a ver. La madre es compañera de
trabajo y dice, que pregunta cuando voy a ir.
Hace algo más
de un mes, una Fundación para la Infancia me brindó la oportunidad de colaborar
con ellos con varios relatos y yo encantada. Por los niños todo lo que sea, se
lo merecen todo, lo mejor del mundo para ellos… son niños.
Pienso que si crecen
con mucha ilusión vivirán con algún rastro de ella.
La sociedad
y los problemas que ésta hace que creamos que tenemos, hará que con el tiempo
parte de esta ilusión se vaya. Pero quiero creer que algo de ella quedará.
Después de
imaginar varios regalos para él, se me ocurrió, que el mejor sería un libro de
relatos inéditos, todos y solo para él, donde fuese el protagonista de todas
las historias y me puse manos a la obra.
Un solo
libro, un único ejemplar para él, nadie más lo tendrá.
Hablé con un
editor amigo mío y dijo que haría lo posible pero que al ser uno solo era difícil,
que lo más lógico serian mínimo veinticinco, pero como la lógica nunca ha
regido mi vida, pues dije que solo quería que hubiese uno. Hace una semana me
llamó diciéndome que sí, que lo había conseguido. Y estoy feliz.
Le he escrito
cuarenta historias, donde él solo, luchará con dragones, descubrirá nuevos
mundos jamás imaginados, será el superhéroe de un universo no descubierto aun, cruzará
mares que ningún hombre sabe que existen. Será desde el más humilde escarabajo
descubriendo mundos no vistos a los ojos humanos, hasta la roca más vieja que
lleva una eternidad mirando el Atlántico y conoce todos sus secretos.
Lo he
ilustrado con mis propios dibujos, se que le gustan.
Se lo he
dedicado y lo he titulado: “Los relatos de Mira”, tenía que poner un autor y
solo he puesto: Tu amiga Clara.
Pienso que este niño podría
estar horas y horas oyéndome hablar sin parpadear, todo lo que le cuento tiene interés
y cuando omito algún dato me pregunta… y me pregunta, hasta que llega a la
esencia de lo que quiere saber. Ninguna persona de mi edad me ha prestado nunca
tanta atención.
Él, me recuerda a mi infancia, donde todas mis preguntas
siempre tenían respuestas.
Esta tarde
recojo el ejemplar y el sábado se lo entrego.
Me ha dicho
varias veces, cuando es su cumpleaños pero he hecho como… que no le daba mucha importancia, cuando en realidad lo tenía
ya todo planeado.
Será una
gran sorpresa para él, pero para mí ver su cara… será de esos momentos que se
me graban.
El alma debe
ser como un cuerpo todo tatuado por momentos importantes, pero siempre cuando
hay otro, no se borra ninguno solo le hacen espacio a uno más.
Me imagino
que por eso se dirá que es, infinitamente inmensa.
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