lunes, 17 de diciembre de 2012

DIOS NOS SALVE DE LOS CLONES


Mismo trayecto, de todos los días. Hoy entraba algo más tarde,  iba a trabajar después de mi piscina diaria.
Mi transporte lleno de estudiantes. No sé por qué ser estudiante indica tener que llevar una mochila inmensa, como verdaderos alpinista.  La música puesta con los auriculares del teléfono y a la vez ir mandando mensajes a otras  personas  que en pocos minutos vas a ver.
 Todos eran iguales.
De pronto, me sorprendí a mí misma, diciéndome: Dios mío  son clones, nos invaden.

Bajé dos paradas antes, para dejar sitio a esa nueva tribu.





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