Todos los miembros de nuestra familia son especiales para nosotros.
Tenemos
tantas formas de querer y de dar amor, que cada uno de los nuestros, sabe que él
es especial en nuestro corazón y que ese lugar nunca nadie y jamás lo pueden o
podrán ocupar otras personas. Es su sitio dentro de nosotros mismo, un espacio
que no puede invadir otro cariño, amor o sentimiento.
Pero al
igual que saben el lugar tan importante que ocupan dentro de nuestro ser,
también saben que tenemos más afinidad o más complicidad con unos que con
otros. Esta afinidad viene dada por la comunicación, las muestras de sentimientos, las
miradas cómplices, o simplemente porque de una forma especial para ellos, por
motivos que nosotros mismos no llegamos a conocer, se sienten más próximos a
ti.
Pensaba esto,
mientras me dirigía a mi transporte.
Este
pensamiento me vino, porque mi hija planea un largo viaje. Termina su carrera y mientras sus amigos han decidido ir de crucero. Ella con la independencia que hemos hecho que conozca desde siempre, ha decidido explorar otro lugar del mundo.
Así que se
va donde, la razón, la inquietud y la libertad que siempre la han caracterizado
la dirijan. “Donde el corazón me lleve” mamá, me dice .
Siento
tristeza cuando me habla de su viaje, es muy largo pero lo tenemos asumido. Sería
imposible, conociéndola, intentar disuadirla de que son muchos de
kilómetros. Pero el pensamiento es tan ligero y va a tanta velocidad, que ni un
solo instante dejará de estar conmigo.
No podré oír
su “hola “ cantarín, cuando llega y
estoy en casa, ni sus abrazos y sus risas en la cocina cuando decidimos las dos preparar la
cena juntas, tampoco escucharé sus charlas ocurrentes. Pero guardaré su lugar dentro de mi, sin que
nadie pueda invadirlo hasta su vuelta.
Ahora que
dispongo de un día más, intentaremos pasar el mayor tiempo posible
juntas.
Lo nuestro y
como mejor lo pasamos es yendo al cine a disfrutar de películas antiguas en
VOSE, teatro experimental, algún concierto de música "rara" para muchos y sobre
todo de compras. Tenemos el record de pruebas de ropas y zapatos por horas.
Me faltarán
sus miradas cómplices de “¿te has dado cuenta? “ o “¿qué te pasa?”, sus risas
sonoras, sus músicas a veces extrañas, su jazz, sus conversaciones, su sentido del humor
y los correos que nos mandamos, con enlaces incluidos, estando a escasos metros, echaré también
de menos, cuando desde su universidad por skype me dice sólo, ¿hola mamá, mucho trabajo,
un café?, cuando es imposible que en ese momento tomemos café por la distancia
a la que estamos la una de la otra.
Pero es lo
que ella quiere y nosotros respetando su decisión tenemos que aceptar.
Vamos a exprimir el tiempo al máximo y cuando este lejos seguiremos pensando
las nuevas cosas que haremos juntas cuando vuelva.
No me sentí
con ánimos de estar en ese transporte y me baje.
Sin darme
cuenta corrió una lagrima por mi cara, que me apresuré a limpiar con la mano
sonriendo, no me había dado cuenta.
Estaba llorando.
Tiene nuevos
caminos que explorar y en este caso su libertad y su juventud son su aliada.Para mi hija.
MAMI ♥
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