jueves, 20 de diciembre de 2012

CADA PREGUNTA, UN MUNDO NUEVO


Nuevo día. ¡a comérmelo!.
Me dirijo a mi transporte público, mientras pienso que un buen sujeto de estudio lo puedo tener en mi propia casa.

No es que las mujeres seamos más inteligentes, simplemente en nuestro cerebro las prioridades se identifican en distintos lóbulos cerebrales. Hecha esta aclaración, procedo a su demostración.

Sujeto masculino de tu casa, que se hace una tostada. A voces te pregunta: ¿dónde está la mantequilla? Ante esta pregunta te quedas anonadada y contestas: en el frigorífico. A los diez segundos, oyes una voz que viene del frigorífico y dice: ¡ no la veo!.

Dejas de hacer lo que tienes entre manos, sea o no importante, vas a la cocina, le sacas la cabeza del frigorífico y se la das. ¡ Anda! Dice riéndose, no la había visto.

Y es que los hombres tienen una visión frontal, si no está delante no lo ven. Las mujeres tenemos una visión fronto-lateral, si no está delante pensamos que el frigorífico tiene rincones.

Lo mejor es cuando te dicen ¿dónde están las camisetas?, sientes perplejidad, piensas- las camisetas están donde están todas las camisetas del mundo, en un cajón desde hace veinte años.

Pero lo que me ha hecho pensar en mi nuevo sujeto de estudio ha sido lo siguiente, una pregunta nueva: ¿dónde está mi chándal azul, gordi?

 Eso de “gordi”, remata la pregunta. Cuando tienes una talla 38 y te sobran dos dedos en la cintura del pantalón. Dejas de oír y te dices: ¡pero si mis amigas dicen que tengo el cuerpo de una sirena!, ¡si peso 6 kilos menos de lo que mido en centímetros!, ¡si todo me sienta bien en los probadores!

Y pasas a preguntarte, ¿será por eso, que a cada momento me dice que como poco y está  trayéndome a esta mesa, desde donde escribo ahora, pequeñas chucherías? Unas almendras, yogur, algunas galletitas saladas, etc. ¿Será para llamarme  “gordi” con propiedad?

Contestas de mala gana y pronuncias un “no” que suena a sentencia.
Insiste - cariño ¿estás segura de no haberlo visto?. “No” vuelves a responder.

Seguramente, nuestras parejas piensan que cuando no trabajamos y estamos un día de descanso, mantenemos un tête à tête con sus ropas, sobre todo con los chándales azules, que por otro lado no sé porque un chándal casi siempre tiene que ser azul.
Entonces, cuando giras un poco la cabeza, te lo encuentras detrás  mirándote con pena y diciendo con angustia: no lo encuentro.
A lo que respondes: ¿has mirado en el ropero, primer cajón, mano derecha, encima de la sudadera gris con rayitas blancas en los costados que te regalé el año pasado, que aún no te has probado, ni te has puesto y que no sé, si te está bien? Y te contesta: ¡no, ahí no se me había ocurrido!

Hombres del mundo, no quiero que penséis que es una crítica, es sólo la demostración de que en los cerebros, varían las disposiciónes de las prioridades, cambiando estas de un sexo a otro.

Pero por favor no llaméis a vuestras parejas “gordi”,”chati”, “nena”, “cari” o “mami”. Siempre he creído que estas palabras,  son las primeras grietas por donde el amor empieza a buscar salidas. En nuestro diccionario hay palabras bellísimas para llamar a un ser amado y que a las mujeres nos hacen sentir como verdaderas reinas de vuestros corazones.

Por otro lado os diré que las mujeres tenemos, tantos, tantos defectos que me sería imposible utilizarlas como sujeto de estudio, por lo complicado de su funcionamiento neural.

De todas formas os queremos más de lo que pensáis y no podríamos vivir sin este tipo de preguntas tan simples, pero tan tiernas para nosotras, el sexo débil.

En estos pensamientos se fue mi trayecto, pero fueron tan intensos, que me bajé dos paradas posteriores a la mía.

Como casi cada día tuve que hacer parte de mi recorrido a pie hasta mi trabajo.

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